CURSO TURISMO MUIÑOS

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jueves, 16 de julio de 2009

Cultura Castrexa

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Cultura protohistórica del noroeste de la Península Ibérica que va desde finales de la edad de Bronce (siglo IX al VIII a.C.) hasta el siglo I d.C. Su característica más notable son los poblados amurallados conocidos como castros.


Esta cultura comenzó a ser influenciada por la cultura romana en el siglo II a.C. Hasta convertirse en la cultura galaico-romana.


Tipología de los castros



- Castros de Interior.



Constituyen el tipo más frecuente y característico. Están situados en elevaciones prominentes, pero raras veces en la cima. Tienen planta circular u ovalada y cuentan con una o varias murallas.


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-Castros de Montaña.


Situados en zonas montañosas altas, se localizan en las laderas y tienen forma oval, con excavaciones artificiales por ellado superior y murallas o desniveles de terreno hacia el valle. Datan de la época romana y están ligados a las explotaciones minerales.


- Castros Costeros.



Son de planta variada, adaptándose al terreno; las defensas naturales del lado del mar se ven complementadas con murallas e excavaciones hacia el interior.


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Castro de Baroña, A Coruña


Urbanismo de los castros



Los poblados castrexos suelen levantase en colinas despejadas, promontorios rocosos o penínsulas que se adentran en el mar, lo que facilita la visibilidad, la defensa y el dominio del contorno. El lugar del asentamiento viene dado también en función de los recursos naturales explotados por los moradores. Los castros cuentan con un parte superior, la "croa", e una serie de bancales hacia abajo donde se sitúan las construcciones. Cada una destas secciones puede estar limitada por murallas, parapetos o fosos. A veces hay una especie de añadidos, los ante castros, que también se rodean de murallas pero no albergan viviendas, por lo que se suponen que estaban destinados a animales o huertos.


Los castros suelen tener una única entrada que también tiene la función de impedir el paso. En algunos casos es un simple engrosamiento en los remates de la muralla; en otros, un entrepaño de la muralla sobrepasa al otro formando un pasillo estrecho. Se supone que se cerraban con puertas de madera.


Las defensas de los castros no parecen responder a las necesidades bélicas sino de prestigio y de delimitación simbólica del espacio habitado. Con efecto, son pocas las armas que se han encontrado. Además de las defensas naturales, se encuentran estructuras de tres tipos:



  • Terraplén. Desniveles en el terreno formados por tierra y piedra, que pueden ser naturales. Son la base de las defensas y habitualmente provienen de los escombros de las obras fundacionales en el interior.

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- Parapetos. Elevaciones artificiales del terreno en los puntos más desprotejidos (entradas y zonas llanas).
- Fosos. Zanjas alargadas y profundas, generalmente asociadas a los parapetos, que pueden estar escavadas en tierra o piedra viva.
- Murallas. Defensas de mampostería de tipología variada, como por ejemplo dos muros paralelos de piedras con un relleno de piedra. Desde el interior se subia a ellos mediante escaleras de madera, piedras encajadas , rampas o piedras. Pueden existir torres defensivas en los accesos a las puertas. Son elementos tardíos.


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Lo más habitual es la ausencia de organización urbanística. En el siglo I d.C. aparecen agrupamientos de edificaciones ("barrios"), formados por varias construcciones rodeadas por un muro con una sola abertura hacia la calle. Se puede tratar de unidades familiares en las que una construcción sería la vivienda y las otras silos, cortes y cobertizos. Las casas no comparten paredes medianeras, sino que están separadas de las demás, no se sabe si como reflejo de la idiosincrasia de esta cultura o debido a las dificultades para hacer en las construcciones circulares. Tampoco cuentan con ventanas.


El piso de las viviendas era de barro pisado. Con anterioridad a los siglos II-III a.C. los muros se construían mayormente de paja y barro, con un poste central; posteriormente se usó mampostería en hiladas más ou menos horizontales (o poligonales, en algún caso). Las cubiertas se hacían de colmo reforzado con barro y sujeto por pesos o posteriormente de tejas (tégula e ímbrice). A partir del siglo I d.C., sobre la influencia romana, se hacen más abundantes las plantas cuadradas o rectangulares. El elemento esencial de una vivienda es la lareira (hogar), que se situaba en el centro y estaba hecha con lajas o barro y a finales del siglo I d.C. se desplazan hacia un lateral y se hace, en algunos casos, con tégulas.


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Se sospecha que algunos edificios grandes en los que un banco de piedra recorre el muro y no se encuentran restos de habitaciones que pudiesen haber sido recintos de reunión. Se tienen localizados también hornos de cerámica y alfares, preferentemente próximos de las salidas o en el exterior.


Costumbre y Vestimenta



Tanto hombres como mujeres prendían sus cabellos con gruesos alfileres y sus ropas con fíbulas; además se adornaban con joyas de oro y plata ricamente elaboradas. Aquellos que no podían acceder a este tipo de joyas, se surtían de otro tipo de productos tanto indígenas como importados (objetos de bronce, con incrustaciones de metales preciosos, cuentas de vidrio...). Las joyas más características son:



El Torque: Los torques son las joyas castreñas más características debido al gran número de hallazgos conservados. Se trata de collares rígidos, en la mayor parte de los casos de oro, formados por una varilla de forma casi circular terminada en unas formas características. Parece ser que este tipo de joya la utilizaban los hombres. Aparecieron esculturas de guerreros castreños portando estos elementos. Podría tratarse pues de símbolos de estatus relacionados con el mundo de la guerra. La variedad de torques y de sus decoraciones es inmensa. Con frecuencia se utilizaban los mismos motivos que en la escultura o en la cerámica. Se establecieron clasificaciones tipológicas en función de la decoración de la varilla y de los remates.


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Las Diademas: Es una lámina de oro, de forma más o menos rectangular y repleta de decoración. Los motivos son geométricos en unos casos y figurativos en otros, y la técnica empleada es el repujado o el estampillado. Parece ser que iban superpuestas sobre algún tipo de material perecedero y colocadas en la cabeza como adorno. Los ejemplares existentes son escasos y se concentran en el norte de Galicia. Destacan la Diadema de Bedoya, la de Ribadeo y la de Elviña.



Los Amuletos: Entre los hallazgos de la cultura castreña se encuentran una serie de colgantes de metal decorados y con forma de reloj de arena o de doble hacha (poco abundantes hasta la fecha) cuya posible utilidad desconocemos. Ante las dificultades para interpretar su significado, se agruparon bajo el epígrafe de amuletos.


Las arracadas: Son unas piezas pequeñas y ligeras, destinadas a la ornamentación de las orejas, que cumplirían hoy la función de los pendientes. Estas piezas se decoraron, salvo excepciones, con motivos geométricos y utilizando diversas técnicas, entre las que destacan las del repujado, el estampado, la filigrana y el granulado.



Los Collares articulados: Están formados por cuentas de materiales diversos (vidrio, piedra, oro) enhebrados en un hilo. Se encontraron muchos de estos collares y en ellos se observaba influencias tan claras de la zona sur peninsular, que se llegó a plantear la hipótesis de la importación de estas piezas desde esos lugares.


Los Brazaletes: Son un conjunto de adornos destinados a colocarlos en los brazos, antebrazos o muñecas. La utilización de estas joyas se constata en las esculturas encontradas.


La vestimenta consistía en un sayo largo, hasta el medio muslo y provisto de mangas cortas realizado en lana o lino, que a veces se adornaba con motivos geométricos. Esta vestimenta se cubría de una capa negra de lana para protegerse del frío y de la lluvia. Ceñían sus vestimentas con cinturones de cuero con apliques metálicos.


Armas



Como pueblos guerreros, los habitantes de los castros conocían diferentes tipos de armas como espadas, armas arrojadizas (lanzas, jabalinas y hachas), escudos, cascos, corazas y espinilleras.



Economía



La economía castrexa tenia una base agrícola (cereales como el trigo, el maíz, la avena y la cebada, legumbres como las habas y los guisantes, berzas, nabos, etc.) y también ganaderia-pastoril (vacas, caballos, ovejas, cabras y cerdos), pero también se practicaba la caza (cervo e jabalí), la pesca (merluza, maragota, jurel),el marisco y la recogida de frutos (avellanas, bellotas). Existía la minería (oro, estaño, cobre, plomo y hierro), la metalurgia y la cerámica regional, Cerámica castrexa. La joyeria tiene sus raíces en la edad de Bronce y recibio influencias centroeuropeas y mediterráneas.


La Escultura



La escultura se dió más bien en la parte sur del territorio Las primeras manifestaciones escultóricas de la prehistoria de Galicia se enmarcan dentro de la cultura castreña. Esta escultura representa un carácter tosco y una rudeza que contrastan con la riqueza de la orfebrería. La escultura del mundo castreño ofrece una variada gama tipológica que, por razones expositivas, se puede agrupar del siguiente modo: esculturas de hombres, esculturas de animales y esculturas decorativas.


Trisquel de Castromao
Esculturas Humana: Destacan las esculturas de guerreros y las cabezas. Los guerreros son figuras de bulto redondo, es decir, exentas, en posición de parada militar, rígidas y que portan atributos militares (escudo, espada, puñal) y símbolos de su estatus social (brazaletes, torques). El tamaño de las esculturas varía, siendo en unos casos inferior al natural y en otros superior. El hecho de que se esculpiesen figuras como éstas es una prueba del importante papel que en esta sociedad, en continua lucha, desempeñó el grupo de los guerreros. Además de las figuras ya comentadas, también se encontraron numerosas cabezas, unas toscamente esculpidas y otras muy elaboradas. Podrían servir de mascarillas funerarias o también ser representaciones de divinidades o de guerreros.


Esculturas de Animales: A diferencia de otras zonas peninsulares, en Galicia se encontraron pocos ejemplos de este tipo, y las pocas que hay tienen formas vagas e indeterminadas. Entre estas escasas muestras encontramos por un lado simples cabezas (toscas y muy esquemáticas) y por otro, figuraciones de partes más amplias del cuerpo, probablemente para ser colocadas en la pared.


Mono


Escultura Decorativa: En la zona sur de las provincias de Orense y Pontevedra se localizaron gran variedad de piezas arquitectónicas decoradas. Se trata de partes integrantes de las casas castreñas. Los motivos decorativos, muy ricos y muy bien tallados, muestran cierto parecido con los utilizados en la orfebrería y, en menor medida, con los de la cerámica. Entre la variedad de elementos encontrados destacan los geométricos, el sogueado, la espina de pez, los entrelazos y los reticulados.


Religión


El panteón religioso indígena era numeroso, como revelan las inscriciones de la época galaico-romana,y completában con cultos o ritos relacionados con fuerzas, elementos o manifestaciones de la natureza.


Los habitantes de los castros adoraban a diversos dioses. Su panteón acogía casi a cien divinidades. Destacan el dios de la guerra, asimilado a Ares-Marte, debido al carácter guerrero de la vida castreña, y al dios de la montaña, identificado con Júpiter; también había otras divinidades menores vinculadas a los caminos y encrucijadas, espíritus de fuentes y ríos, bosques, plantas o animales, ...


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